Continuamente podemos ver frases bonitas que aparecen en los muros del Facebook, o sitios similares, de muchas personas y que expresan algo bueno. El único “problema” de esas frases, de todas las frases bonitas que leemos es que la vida diaria parece como si las borrara y las buenas intenciones que encierran se convierten en unas palabras, bonitas sí, pero poco más.
Es por ello que hoy toca desarrollar un poco una de las frases que en más de una ocasión ha encabezado la introducción de la web. Nos referimos a una frase que dice “en la alegría serás invencible” de Albert Einstein. Que un genio en física como Einstein nos dé esa recomendación ya es todo un aval. Muchas veces la física se centra solo en cuestiones materiales lejos de tratar aspectos de espiritualidad o de estados de ser del hombre más allá de su constitución formal, pero aquí hay algo nuevo: el establecimiento de una relación entre un estado de ánimo, la alegría, y un resultado tangible, eso de ser invencible. Si hubiera dicho algo del tipo: “con dinero serás invencible” a nadie hubiera sorprendido pues eso son dos términos materiales, pero no es el caso de nuestra frase, y eso es lo que le da valor. Vamos a investigar en ella.
Posiblemente muchas personas estarán de acuerdo en decir que sí, que la frase de Einstein, “en la alegría serás invencible” está muy bien, pero el problema es “como” estar alegre siempre cuando hace falta “vencer” en algo. De nuevo aparecen los “comos” el auténtico freno (falso) de nuestras vidas. Y para hallar la solución a esto hay que retomar el original de la frase, es decir buscar el original en alemán. Sucede aquí eso que los escolásticos decían que “traducir es traicionar” pues una traducción siempre supone una pérdida, y así la frase original en alemán es “Im Status des Glücks ist man unbesiegbar” que vendría a decir que “en el estado de la alegría uno es invencible” ¿es lo mismo que la frase resumida comentada? Pues no exactamente.
Y vamos centrarnos en la diferencia, que no es otra que en el concepto de “estado” Si se entiende bien esto podremos responder a ese “como” que siempre nos molesta.
Estado quiere decir la situación en la que nos encontramos, como nos sentimos, eso a nivel de ser. Pero también tiene otro significado a nivel físico y lo usamos como sinónimo de país. Así la característica de un Estado o país es poder ser regido por sus propias normas, hablamos así de países o estados independientes. Pero claro, esa independencia no cae del cielo, esa independencia hay que ganarla.
Vamos a fundir ahora esas dos acepciones de la palabra estado. Cada estado físico tiene sus características propias, a nivel económico, climático, de símbolos, lengua, cultura etc. A partir de los mismos se configura el estado. Ahora lo que debemos fundar en nosotros es un estado donde la característica del mismo sea, precisamente, la alegría. Entonces y sólo entonces seremos invencibles, cuando frente a un problema pueda recurrir al “estado” donde reina la alegría.
Esto parecerá que no es un gran avance y que lo que hemos hecho es sólo desplazar el problema de “como estar alegre” a la idea de “como crear un estado mío de alegría”, pero este último es mucho más fácil de lograr. A nivel físico cada país, cada estado, como ya hemos dicho, ha tenido que ganarse su independencia, estableciendo las características que lo configuran. Y nosotros hemos de hacer lo mismo con la alegría, hemos de desarrollar en nosotros un estado de alegría. Y ello hay que realizarlo cuando no hay problemas a qué enfrentarnos, constituir la alegría en estado es pues una forma de vivir.
Si somos capaces de construir ese estado seremos invencibles pues actúa de defensa, pero hay que construirlo en cada uno de nosotros y ese es el trabajo personal. Lo que viene son recomendaciones que a cada uno le pueden funcionar mejor o peor, pero lo cierto es que se deben aplicar para fortalecer nuestro estado de alegría en el que seremos invencibles. Y hay que hacerlo cuando estamos “bien”.
1º Pensar en positivo siempre puede ser una estrategia adecuada ¿es la mejor? No sé, pero es una.
2º El sentimiento religioso es otra forma de vivir en alegría. ¿Es la mejor? De nuevo depende de la
persona, pero es una y muy potente
3º Identificarse con figuras divinas, ángeles, Cristo, Virgen, Buda que nos protegen es una muy potente forma de protección de ese estado
4º Pasear por la naturaleza, identificarse con lugares de poder, recordar buenos momentos, saber soñar despiertos, crear mentalmente una fantasía hasta que no haya diferencia entre esta y la realidad, escuchar canciones positivas o sacras que cantar en momentos difíciles etc. serían otras medidas para la construcción de esa realidad en nosotros.
De esta o de otras maneras se crea un “estado” en donde nos sentimos seguros y podemos estar alegres, pero esa construcción no se realiza en el momento del problema, entonces es mas compleja la construcción de una realidad alegre, la alegría hay que construirla desde bases de estado y esto supone trabajar los fundamentos de personalidad para que persista la alegría en todo momento.
Claro que esto es fácil de decir, pero ¿Se puede estar alegre si se le muere un hijo, por ejemplo? Dependerá del estado que se haya construido. Pongo un ejemplo real. El Sr. Álvaro Domecq y Diez, en su libro de “Memorias, mi vereda a galope” explica el accidente de su hija a caballo que le costó la vida y que pasó delante de él. Una experiencia terrible. Pero fue gracias a su gran fe cristiana que pudo soportarlo.
¿Fue un momento alegre ese? Sin duda no, pero su estado de fe (y la fe es alegría de que existe algo superior) le permitió superarlo.
Sea cual sea la vía que se elija lo importante es que ese estado de alegría exista en nosotros. La calidad de nuestra vida depende de ello.
Ahora bien, ¿qué pasa si quien está leyendo esto está en un momento difícil de su vida? ¿Qué puede hacer quien está sumido en una depresión profunda? ¿cómo salir del estado de tristeza? Evidentemente entonces, si en los tiempos de bonanza no hemos construido la fortaleza del estado de alegría ahora nos va a costar mucho más, muchísimo más. Pero siempre, siempre, siempre hay que tener en cuenta que entonces el remedio encierra en sí mismo la solución. No es ya una vía para estar bien, es la solución. ¿Es fácil cantar por las mañanas canciones positivas para quien está triste? Sin duda no, pero quien está triste “debe” cantar canciones positivas por las mañanas para mejorar su estado. Aquí la palabra “debe” tendría el equivalente al “must” inglés, es decir de obligación imperativa. ¿Es fácil que alguien que haya perdido a un ser querido recupere la fe en esos momentos? Evidentemente tampoco pero es de nuevo un “deber” para lograr la alegría y estar bien de nuevo el recuperarla.
Estas dificultades pueden hacer que se abandone en el intento, si, es normal, pero hay algo desde la mente y la experiencia vivida a lo que podemos aferrarnos. Y son las situaciones pasadas anteriores que hemos superado. Todos, absolutamente todos los humanos, hemos tenido problemas pasados. Y hemos sido capaces de superarlos. Probablemente al recordar esos momentos ahora nos parezca que nuestra reacción fue exagerada. Quien ha vivido un desamor le pareció entonces algo horrible en su momento, pero con el paso de los años ahora se ve como una cosa sin importancia. Es decir recordar lo que hemos superado nos puede ayudar a superar lo que nos pasa en el presente, y ello debe ir siempre hacia la consecución de un estado de alegría.
En resumen: la solución a aplicar es la misma, si hemos desarrollado un estado fuerte en los tiempos de bonanza será más fácil recurrir a él, y si no tenemos que construirlo en los momentos de flaqueza, pero habrá que construirlo.
Hay una cosa importante a añadir. NO hay que confundir la alegría con la euforia. Usted puede estar muy contento, eufórico, si su equipo gana, si el/la chic@ de sus sueños le hace caso, si le toca la lotería etc, pero tan pronto como se produzca en su vida la situación inversa se sentirá fatal. Alegría es algo superior, es no vivir la dualidad, sino elegir el estado en que queremos estar. Y ¿Cómo conseguir ello? Pues viviendo en un estado de no dualidad.
Si alguien quiere comprender mejor a lo que nos referimos con esto, en el último capítulo de nuestro libro Espiritualidad Práctica, que puede descargarse gratuitmente en la página de inicio de esta web, se habla de ello. Vivir la no dualidad es vivir desde el alma, y no olvidemos que es el cuerpo quien está triste, frustado, mal y deprimido, el alma no.
Basta con leer ese capítulo y ello nos orientará a ese “como” que todos buscamos.
De manera que para empezar ya a desarrollar su estado de alegría, sonría, cante, alégrese si sale el sol o si llieve, maravíllese con la fuerza de los truenos, agradezca el aire que respira, el agua que bebe, los amigos que tiene, los animales que le quieren, los sueños no realizados y los realizados, … y ame todo lo que sea capaz … y no confunda el estar eufórico con estar alegre.
Que la Fuerza de la alegría le acompañe,
JP
