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La formación del mago blanco 1/2


Actualmente existen muchos cursos, seminarios y enseñanzas (incluso debo reconocer que algunos artículos de esta web) en la que se nos habla de formas para cambiar la realidad, para ser nosotros dueños de nuestra vida haciendo que aparezcan en ella las circunstancias que deseamos. Cuando aplicamos esos métodos unas veces logramos lo que queremos, otras sólo de forma parcial y otras no lo conseguimos en absoluto. Cuando eso último sucede nos parece que el método elegido es una falsedad y que a pesar de la presentación que se nos da, no deja de ser un engaño para sacarnos dinero y que la realidad no se puede adecuar a nuestro deseo y uno se siente estafado. Llegados a este punto, generalmente, hay dos caminos, o buscar otro método o dejar de buscar. Pero en realidad ambas salidas están erradas porque siempre y cuando el método de la “magia” (y entendemos magia definida por Beltran Anglada como la “Invocación de la Energía para la producción de formas”) sea honesto, el problema no está en el método de magia, el problema está en el mago. Veamos un ejemplo mundano para que todo quede claro y no perdernos.


Supongamos que a usted le gusta el tenis y le gustaría ganar torneos. Entonces aparece un método milagroso que le explica como hacerlo que le dice: “todo lo que debe hacer es sacar desplazando a su adversario hacia un lado de la pista y cuando este le devuelva la pelota suba a la red donde le dará de volea poniendo la pelota en el lado contrario y así no podrá llegar su oponente” Este método fue el usado por tenistas como Pete Sampras quien aplicando esta técnica logró vencer siete veces en Wimbledon. Ahora bien, si usted no es capaz de sacar a 215 km/h y tener el tamaño y agilidad para abarcar prácticamente toda la red, ese método no le resultará muy útil. Pero ¿falla el método?, no, falla el jugador, o dicho de otra manera: usted no es Pete Sampras.


Todo esto parece muy evidente pero entonces la pregunta es ¿porque todos (incluyendo quien esto escribe) busca el método antes que trabajar el desarrollo del realizador del mismo? Pues porque es mucho más fácil esperar que “desde fuera”, desde un método que “dicen” funciona, se nos dé la capacidad de orientarnos en lo que queremos. Pero la solución no está fuera, no está en aprender una forma, en recibir una iniciación milagrosa, en formar parte de un grupo de “elegidos” que conocen la verdad …, la solución está dentro de uno mismo, y claro, eso que parece tan simple exige mucho, muchísimo más trabajo que el pagar un dinero para que “otro”, algo “desde fuera” , por el hecho de pagar, te enseñe. En general la aplicación de uno de esos métodos funciona en ciertos casos debido a que todos tenemos la semilla del mago dentro, pero para que el método resulte siempre, es preciso que esa semilla germine y lleguemos a ser un auténtico Mago Blanco.


En los teoremas de matemáticas se habla de la “condición necesaria y suficiente” que traducido en un caso mundano sería que por ejemplo para que nos toque la lotería es preciso comprar el billete (condición necesaria) pero no basta con eso, es preciso que nuestro número coincida con el resultado del bombo (condición suficiente) pues ahora para hacer magia hace falta tener un método de la magia (condición necesaria) pero que sea aplicado por el mago (condición suficiente)


En resumen se trata ahora no de ver el camino de la magia, sino del camino que lleva la mago blanco y eso es, le aviso, más difícil que seguir un curso de magia, pues es un camino interior.


Dicho en otras palabras; si para que el método de magia funcione tiene que formarse también el mago ¿qué debo hacer para formarlo?


Beltran Anglada, un autor muy profundo, establece cuatro condiciones:


- poseer una personalidad perfectamente coordinada
- haber vencido el sentimiento de separatividad
- estar libre de conceptos doctrinales
- haber vencido el sentimiento de orgullo y ambición.


Debido a la profundidad de esos conceptos se tratarán de forma individualizada en sucesivos artículos. Empecemos por el primero que es la clave para entender todos los otros.


Por personalidad coordinada debemos entender la armonización de los cuerpos físico, emocional y mental que componen el hombre (se explican en el punto “qué es el hombre”) Y ¿qué quiere decir eso? Que el Mago Blanco debe tener un control sobre su cuerpo físico, sobres sus emociones y sobres sus pensamientos y aunque superficialmente se puede pensar que eso siempre es así vamos a ver a continuación como en realidad el hombre, por lo general, no tiene control sobre sus cuerpos.


Veamos el punto referente al cuerpo físico. Una persona por ejemplo que necesita fumar no tiene su cuerpo físico armonizado pues su cuerpo le exige e impone algo que, aún sabiendo que es malo para su salud, lo acepta. Todas esas imposiciones de nuestro cuerpo físico indican que no estamos armonizados. El tema no se refiere solo a lo que llamaríamos vicios sino que se extiende a muchos otros puntos. No tiene su cuerpo armonizado quien se queja continuamente del calor en verano por ejemplo, o quien precisa beber café para sentirse despierto por la mañana o quien no es capaz de hacer un solo día de ayuno etc. Los monjes budistas del Tibet que son capaces de meditar sobre la nieve con un simple túnica que deja sus hombros descubiertos, SI que son capaces de dominar a su cuerpo, es decir de tener su cuerpo físico armonizado. Cuando San Lorenzo en su martirio dijo eso de “volvedme del otro lado que de este ya estoy quemado” no se trataba de un acto de cinismo sino que él era capaz de controlar su cuerpo físico.


Ahora bien, que quede claro, no se trata de forzar nada, no se trata de hacer ayunos brutales para controlar al cuerpo físico, ni irse a sitios fríos en bañador o martirizar el cuerpo para llegar a este punto, sino que cuando se llega por nivel de conciencia a un nivel espiritual es cuando se puede controlar el cuerpo, es decir que la armonización del cuerpo físico es el indicador del nivel espiritual. Vaya que no se trata de hacer ayunos para ser espiritual sino que cuando se es espiritual (por ejemplo) no molesta hacer ayunos o meditar sobre la nieve, que es otra cosa.


El abandono de la materia, o mejor dicho el control de la misma, es lo que permite no sentirse atado por el cuerpo físico. De ahí que todas las religiones pidan que se aparte el iniciado de aquello que contamina, de lo que ata a la materia, drogas, sexo, comida y bebida en abundancia etc. Cuando todas las creencias dicen lo mismo por algo será y en este punto es porque lo que te esclaviza en tu cuerpo físico te impide crecer como ser espiritual, y en nuestro caso el llegar a ser un Mago Blanco.


El otro punto de control del Mago Blanco lo tenemos en el cuerpo emocional. Siempre que nosotros nos sentimos afectados por una emoción externa que nos afecta sin que eso haya sido permitido por nosotros, estamos viviendo una situación parecida al hombre que precisa fumar. Pongamos de nuevo un ejemplo: una persona que se pone a ver un partido de futbol y se emociona muchísimo cuando su equipo gana o pierde. Esa persona no tiene armonizado su cuerpo emocional ¿Por qué? Porque eso indica que hay algo externo (en nuestro caso el resultado de los futbolistas, algo que no hace él) que le está controlando y entonces pierde su poder personal pues ha cedido sus emociones a lo que hacen los futbolistas.


Este ejemplo puede parecer banal pero en la vida de los hombres el control emocional es tan difícil de lograr como la armonización del cuerpo físico. La madre con hijos mayores de edad que se preocupa desmesuradamente por ellos (hay muchísimos casos) ha perdido su control emocional y cede sus emociones a la vida que hacen sus hijos. A ello se suele replicar que eso es amor, pero no, eso no es amor, eso es querer controlar la vida de los demás y el amor nunca puede ser control. La respuesta a esas personas sería: ayudar siempre, estar atado a los actos de los demás, nunca.


Nuestra vida emocional está controlada por lo externo y el problema es que no nos damos cuenta, estamos tan acostumbrados a ello que hemos justificado y lo vemos como normal, pero el poder del Mago Blanco es el poder del Espíritu y Espíritu debe ser libre para poder crear. Unas de las claves de la felicidad es la libertad emocional y la llave maestra es reconocer la cárcel en la que nuestras emociones nos tienen encerrado. Darse cuenta de esto es aún más complejo que las limitaciones de dependencia de nuestro cuerpo físico.


Por último hemos de hacer referencia a la armonización del cuerpo mental ¿Quién tiene control de sus pensamientos? Casi nadie, por no decir que nadie. Nuestra mente es como un hervidero de pensamientos que nos bombardean sin haberlos llamado. Ejemplos. Abandono el trabajo con un problema y sin embargo, conduciendo de regreso a casa, en el auto, es decir fuera de donde se puede solucionar el problema, la mente está ocupada en eso. ¿Se va arreglar algo así? Todos sabemos que no, pero no podemos dejar de pensar. Estoy escribiendo este artículo y de repente en mi cabeza aparece la pregunta de qué tengo para cenar, evidentemente eso no viene al caso ahora que estoy escribiendo pero sin embargo he sido bombardeado con una idea que no conduce a nada y me distrae. La lista sería interminable. No controlamos lo que pensamos, tanto que Sor Inés de la Cruz llamaba a la mente “la loca de la casa”.


Aplicar el principio Zen que dice: “cuando como, como, cuando duermo, duermo” es muy fácil de decir y entender pero la mayor parte de los humanos a menudo cuando comemos pensamos en todo lo que tenemos que hacer después y cuando dormimos pensamos en lo que vendrá mañana, es decir nos dispersamos pues no controlamos nuestro cuerpo mental.


Cuando se informa sobre todo esto a alguien la respuesta más normal es que lograr esto es muy difícil, y es cierto, pero no imposible y para lograr algo hemos de ser capaces de perseverar el la dirección que queremos. Y así no ser rehenes de nuestro cuerpo, esclavos de nuestras emociones y prisioneros de nuestras ideas, pues sólo superando esas cadenas dejaremos de vernos como un cuerpo físico con emociones y pensamientos desbordados para pasar a sentirnos como lo que somos: Espíritu. Y ese es el primer requisito del Mago Blanco


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