elemento

Principio de Polaridad


El cuarto principio del Kybalión es el llamado principio de polaridad.


Según el mismo todo cuanto se manifiesta tiene dos polos; todo tiene su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los contrarios son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; etc.


Pero vamos a explicarlo un poco. No se trata de entender esto como que todo tiene su contrario, sino que todo cuanto existe se muestra de manera dual, que es un poco diferente. Veamos esto con unos ejemplos. Empecemos por uno fácil: frío no es lo contrario de calor es simplemente el otro polo de la misma manifestación: la temperatura. Blanco no es lo contrario de negro es simplemente una longitud de onda de la luz distinta que nos permite ver los colores diferentes. Y ahora vamos a por un ejemplo un poco más complejo de entender: amor ( a nivel humano de relación, no hablamos ahora de amor incondicional) no es lo contrario de odio, es simplemente el otro polo del concepto de relación entre personas. El final de una relación amorosa no es cuando aparece el odio, sino cuando aparece el bostezo, mientras hay odio (un polo de la existencia de la relación) la relación está viva, tan viva como cuando existía el mas ardiente de los deseos. Hay así una poesía de Campoamor (gran poeta) que dice:


Que es matarme, confieso,
el olvidarme:
Aborréceme, que eso
ya es recordarme.
Y a Dios le pido
que me entregues al odio,
mas no al olvido.


Pero sobre este tema de las dualidades y como superarlas ya se ha hablado el escrito llamado "sombra” de modo que agradecería si le interesa el tema se lea ese artículo para no tener que repetir aquí lo mismo. Si malo es copiar a otros peor es copiarse a si mismo de manera que en ese punto podrá ver los problemas y las soluciones para escapar de la manifestación dual.


¿Qué decir entonces en este punto que sea de carácter práctico para nuestra vida?


Lo primero que hemos de ver es qué nos sucede a nosotros respecto a todo lo que se manifiesta. Pues que hay un polo que nos gusta y otro que nos disgusta, es decir que continuamente juzgamos y ponemos carga normativa a cada uno de los extremos sin darnos cuenta que se trata de lo mismo. Por ejemplo todos consideramos bueno ser rico y malo ser pobre y sin embargo ambos son manifestaciones de la acumulación material. Todos queremos ser amados y no odiados, todos queremos estar sanos y no enfermos etc. A la virtud se contrapone el vicio y de esta manera se persigue y se desea, en todo, sólo un polo, desterrando el otro.


Pero resulta que si consideramos la vida como un juego de experiencias para nuestro ser, y todo cuanto existe tiene dos caras, siempre somos susceptibles de estar en el extremo que nos gusta o en el contrario, es decir el que no nos gusta.


Pongamos un ejemplo: la manifestación de tener cosas materiales. A todos nos gusta más ser rico que ser pobre y en consecuencia intentamos que la pobreza no entre en nuestras vidas. Ahora bien entender este principio supone aceptar que podemos llegar a ser pobres, es decir llegar a estar en el otro polo. Y sin embargo eso a menudo lo olvidamos. Cuando se logra una buena posición el ser humano piensa que esta va a durar para siempre o incluso va a mejorar (es decir se pondrá en una posición mas extrema aún). Seguramente conoce usted casos de esos en que una persona es promocionada en el trabajo y su salario aumenta considerablemente lo que hace que se cambie el coche por uno mejor, la casa por una más grande etc. Si luego la vida le lleva a otro extremo y pierde el trabajo, las obligaciones de pagar la hipoteca de la casa que se aceptaron en los momentos “buenos” ahora siguen en los momentos “malos” con toda la tensión que eso genera. Si nos damos cuenta que nuestra situación puede llegar a ser la contraria a la que vivimos en nuestro ejemplo el sujeto ahorrará, pero esto no es normalmente así. Cuanto más se tiene más se gana mas se gasta y así cuando llegue la situación contraria lo pasaremos mal. Este seria un ejemplo de lo que pasa cuando estamos en un polo “bueno” y no queremos ver que puede existir el polo “malo”.


¿qué nos dice este principio sobre el caso contrario? Es decir pasar del extremo que no nos gusta al que queremos estar? Lo primero de nuevo es darse cuenta que podemos estar en el otro extremo, esto es condición casi indispensable para salir de ahí. Si tomamos nuestro ejemplo quien ahora es pobre debe creer que puede salir de su situación, cosa que es a veces difícil, pues cada extremo, al igual que pasaba con el anterior, nos lleva a pensar que no podemos salir de él. Entonces lo que hay que hacer es empezar a imaginarse que se está en el otro extremo, es decir a actuar “como sí ...” ya hubiéramos salido de la pobreza. Ello supone de alguna manera imaginarse y verse en una situacuón diferente. Ello ayuda a que las condiciones de la vida nos lleven hacia otra posición. Es lo que normalmente se conoce como el poder del deseo. Es decir se debe actuar en presente como si el futuro ya hubiera llegado. Quien vive la soledad por ejemplo y quiere salir de ella es bueno, aunque esté solo, prepare su casa para una compañía, ya que eso lo atraerá. Es decir se trata de no tener una visión lineal de pasado – presente – futuro sino de vivir el presente como si el futuro deseado ya hubiera llegado


Muchos hombres ricos, Henry Ford entre otros, se arruinaron varias veces pero nunca dejaron de creer en el triunfo de sus ideas y eso les llevó de nuevo del fracaso al éxito.


Sea cual sea su situación todo es susceptible de ir al extremo contrario y eso le permite posicionarse en la vida donde realmente quiera.


Más ejemplos mundanos. Si usted toca mal el piano, alégrese, pues puede llegar a tocarlo bien. El tocarlo mal es un extremo pero mientras haya eso de “tocar el piano” hay la posibilidad de irse al otro extremo y llegar a tocar bien. Para ello imagínese que llega a tocar en publico, para los amigos, la familia, o hasta en un concierto y eso ayudará a materializar la situación.


¿Qué aporta esto a nuestras vidas? Pues darnos cuenta que cualquier situación es siempre susceptible de ser cambiada, que todo pobre puede llegar a ser rico y viceversa. Si a ello le añadimos un poco de fe para ayudarnos a entender que todo lo que nos sucede es por nuestro propio bien llegamos a la conclusión que todo se puede lograr. De esta manera si todo se puede lograr no hay razón para el miedo. Puede ser que esté perdiendo pero mientras esté jugando siempre puedo posicionarme en el otro polo y ganar. De esta manera el temor desaparece pues aunque no esté donde quiero estar siempre puedo llegar al otro extremo pues ambos son parte del juego al que jugamos de la realidad. Fracaso y éxito son lo mismo, de nosotros depende donde situarnos. Decir esto no quiere decir que sea fácil, el mundo es una realidad de acción, pero todo lo dicho sirve como razonamiento que todo es posible.


Que la Fuerza le acompañe,




Juan Pedro.


freefree