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La verdadera historia de María Magdalena


Si hay una personalidad que las creencias populares han falseado esa es, sin duda, María Magdalena. De ella se ha dicho, desde la Edad Media, que fue una prostituta, (arrepentida pero prostituta), y hoy en día está de moda decir que fue la pareja/amante/mujer de Jesucristo.


Tales afirmaciones no tienen base alguna como a continuación se explicará pero antes es preciso analizar un poco la verdad objetiva de quién fue en realidad y qué hizo María Magdalena. Y para ello vamos a usar tanto el sentido común como lo que nos dicen los Evangelios. Para tener una visión más amplia tomaremos desde los canónigos, es decir los aceptados por la iglesia católica (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan) hasta los apócrifos que no son reconocidos por la iglesia pero que también nos hablan de la vida de Jesús.


En primer lugar el mensaje de Jesucristo suponía igualdad entre todos los hombres; ricos y pobres, judíos y gentiles y por supuesto entre hombres y mujeres. Igualmente los milagros que realizaba, las sanaciones y demás incluirían a todos con independencia del sexo. Es decir que por sentido común podemos imaginarnos que JC tenía tantas o mas seguidoras femeninas como seguidores masculinos. Y para comprobarlo leemos en Mateo 27,55


55 Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole


Y también en Lucas 8, 1-3


1 Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios, y los doce con él, 2 y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, 3 Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y

otras muchas que le servían de sus bienes.


Es decir que habían muchas mujeres y que además estas se encargaban de dar la manutención que se precisaba. Hasta aquí todo claro y parece una curiosidad, pero si vamos más allá vemos que en el momento de la Pasión, los hombres, los apóstoles, no aparecen por ninguna parte, los evangelios solo nos hablan de “ellas” de las seguidoras.


¿Quienes exactamente? En esto los evangelistas no se ponen de acuerdo.


San Mateo nos habla de muchas mujeres y cita concretamente a: “María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo” (Mt , 27-56) ; San Marcos habla de algunas mujeres y concreta los nombres de “María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé” (Mc. 15,40); San Lucas de “María Magdalena, Juana, la mujer de Chuza intendente de Herodes, y Susana, y otras muchas” (Lc 8 1-3) mientras que San Juan habla de “su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena” (Jn 19-25,27)


Lo que sí que está claro es que entre todas las mujeres los cuatro evangelistas “oficiales”, es decir reconocidos por la iglesia católica, en todos está María Magdalena. ¿Por qué?


Solamente hay una respuesta lógica, porque ella era la más fiel, la mas creyente, la más sincera y comprometida servidora de lo que Jesucristo representaba, tanto que era capaz de aparecer en el momento en que los otros compañeros, en el momento de la Pasión, se retiran. Si a los principales seguidores de J.C. les damos el nombre de apóstoles (que viene del término stolos, “flota” “escuadra” y da la imagen de un movimiento), será justo también dar el nombre de apóstol a esta seguidora de Jesucristo capaz de estar junto a Él en los momentos más duros.


Además, de no haber sido un apóstol María Magdalena ¿tendría sentido que la aparición de Jesús resucitado se hiciera a ella? ¿Por qué precisamente a ella y no a esa “otra María” que nos dice San Mateo que estaba sentada delante del sepulcro junto a María Magdalena (Mr. 27-61)? Sencillamente porque María Magdalena era la “capitana” de los seguidores de Cristo.


Todo esto parece una simple deducción lógica, pero hay más puntos a favor que refuerzan la idea de María Magdalena como “apóstol” de Jesús. Y es que a principios del siglo XX se descubrieron unos documentos que se consideran el “evangelio de María Magdalena”.


¿Por qué aparecieron tan tarde? Pues porque el cristianismo como movimiento, después de desaparecer su fundador fue un movimiento plural, es decir con diferencias interpretaciones y forma de comunicar el mensaje. Habían diferentes facciones: los que añadían a las enseñanzas judaicas el mensaje de Cristo, y que en consecuencia respetaban mucho de la religión hebrea, los que por el contrario se basaban más en la cultura helenística y en consecuencia se alejaban de las creencias judías, los protortodoxos que fueron los que finalmente se impusieron, los gnósticos, etc. Es decir que los inicios del cristianismo fueron varias las tendencias existentes.


Cuando la tendencia triunfante y que da lugar a la Iglesia actual se impone sobre las otras, se empieza a considerar a todas las demás como “herejes” ya que no aceptan el dogma que ellos proponen. En consecuencia el canon de la ortodoxia lleva a intentar desprestigiar, destruir y ocultar todo lo que al mismo no se ajuste. De ahí que hayan evangelios “canónicos” y los otros, los no aceptados por la iglesia, a los que esta intentará decir que son erróneos.


María Magdalena es la autora intelectual del evangelio que lleva su nombre (no podía ser la autora material pues se supone se escribió en el s. II) y del que se hablará en otro artículo. Luego ella fue una “evangelista” lo cual no es nada de extrañar ya que si a ella se le apareció el resucitado es normal que tenga algo que contar de él. Precisamente el Evangelio de Maria Magdalena se presenta como un dialogo entre los discípulos y Jesucristo resucitado.


La iglesia triunfante actual, fue la de San Pedro. Se observa ya en otros autores la rivalidad entre María Magdalena y él. Así se recoge en el Evangelio apócrifo de Santo Tomas (tomándolo como evangelio neutral), en boca de San Pedro, la frase siguiente:


“que se vaya María de entre nosotros, porque las mujeres no son dignas de vida”


Y en otro momento refiriéndose a una explicación que Jesús da a María Magdalena dice San Pedro:


“¿Pero es que, preguntado el Señor por estas cuestiones, iba a hablar a una mujer ocultamente y en secreto para que todos (la) escucháramos? ¿Acaso iba a querer presentarla como más digna que nosotros?”


Dos personalidades fuertes como la de San Pedro y María Magdalena es normal que chocasen y que sus ideas fueran diferentes.


La iglesia como la conocemos hoy en día otorga un papel pasivo a la mujer, cosa que no ocurría en los primeros tiempos del movimiento pues en una primera fase las comunidades cristianas dirigidas por mujeres tuvieron mucha importancia, tanta que hasta podían celebrar los sacramentos. Así, si en el Concilio de Laodicea (siglo IV) si se dice que las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes, es que antes sí que lo podían ser, luego vemos como la importancia femenina va perdiendo peso dentro de la iglesia oficial. Aceptar una mujer evangelista hubiera sido contrario a la posición de dominio del hombre que quiere seguir la iglesia, por ello se oculta o matiza la importancia de María Magdalena.


Ahora vayamos a las mentiras sobre ella. Y empecemos por eso de qué fue prostituta. En el Evangelio Mr 16-9, se dice que J.C. expulsó de ella siete demonios y entonces se procedió a hacer la siguiente identidad: siete demonios = pecado importante = sexo = prostitución.


Y ello ¿Por qué? Todo en la vida tiene un razón y este caso no iba a ser menos. La religión judía considera que el hombre es un ser “caído” debido al pecado original; la religión católica considera que es un ser caído por el pecado original pero redimido por la intervención de Jesucristo. La razón del pecado original, el llegar a convencer a Adán por parte de Eva para que tomara del fruto prohibido supone que la mujer es capaz de tener una gran fuerza sobre el hombre, y claro esa “fuerza” la identifican desde los tiempos bíblicos con el sexo, la lujuria. Luego el deseo carnal fue el origen del pecado de ahí todo el rechazo de las religiones de base judía sobre este tema.


Estando así las cosas María Magdalena era un referente estupendo. En primer lugar era mujer (como Eva) y había sido redimida (por Jesucristo el salvador) pero faltaba una pieza a este puzzle: el dar a la persona de María Magdalena un carácter lascivo, y por ello se le añade un pasado de pecado, el de la prostitución.


Tenemos ya una mujer (como Eva), pecadora y lasciva (como Eva) pero ahora ¡redimida! De esta manera María Magdalena era un símbolo para la religión católica. A ello se le unieron relatos que decian (sin fundamento) que había llevado muchos años de su vida recluida en una cueva, haciendo vida penitente y de sacrificio. El añadido de prostituta ya no supone un “insulto” sino un reconocimiento que todo puede ser salvado. De esta manera durante la Edad Media Maria Magdalena fue reverenciada en toda Europa, tuvo fama de milagrera y hasta la reliquia de su cuerpo se afirma que descansa en cuatro lugares diferentes (y ya es un milagro que un cuerpo pueda estar en cuatro sitios a la vez ¿no?)


En cuanto a eso de los “siete demonios” debemos considerar que el numero siete es un número mágico y aparece 99 veces en el nuevo testamento, ello indica que aquello de lo que Nuestro Señor sanó a Magdalena era algo grave. Pero en aquel entonces, un ataque epiléptico o una neurosis se consideraba que el demonio habitaba en el cuerpo, de modo que cualquier enfermo mental era un endemoniado. Es imposible deducir o saber de qué se le sanó a María Magdalena pero la identidad de endemoniada = prostituta, antes expresada, no tiene base sólida.


Otro concepto que ayudó a la propagación de la idea que hubiera sido prostituta es la similitud de su nombre, Magdalena, con un lugar costero llamado Magdala, que fue un centro turístico “helenizado”, vaya lo que hoy llamaríamos un centro de turismo sexual. En principio no hay ninguna razón documentada que nos indique que Magdalena fuera un gentilicio de Magdala, pero en el caso que así lo supusieran los creyentes de la edad media (tiempo en los que corrió la idea de María Magdalena como prostituta) en aquellos tiempos Magdala se llamaba Tariquea, de modo que carecían de base racional para dar la mala fama que dieron a nuestra protagonista.


Que quede claro: no existe ningún documento, ninguno, ni en los evangelios canónigos ni en los apócrifos en los que se diga algo sobre que María Magdalena hubiera sido una prostituta, todo eso es un chisme popular.


Vamos ahora a abordar la segunda gran mentira sobre María Magdalena: que fuera la amante de Jesús. Eso es algo que se comenta hoy en día sobre todo debido a lo dicho en el best seller “el código Da Vinci” Al respecto hay que hacer tres observaciones.


En primer lugar que si Jesucristo pedía a sus seguidores que lo dejasen todo por la causa sería muy hipócrita que Él se liase con una pareja. Esto es de sentido común.


En segundo lugar, si investigamos un poco podemos leer en Ju 20-11,16


11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro; 12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 13 Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. 14 Cuando había dicho esto, se volvió, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré. 16 Jesús le dijo: ¡María! Volviéndose ella, le dijo:

¡Rabboni! (que quiere decir, Maestro).


Si hubiera sido su pareja la exclamación podía haber sido: “amor mío”, “cariño” “querido” o una de esas, pero la que utiliza es propia no de decírsela a quien se quiere sino a quien se adora. Es muy significativo que en el Evangelio siempre se ha dejado esa palabra, Rabboni, indicando una traducción, pero como todas las traducciones no se puede indicar el alcance exacto de la palabra. Basta con retener que no es una expresión para quien es cercano, sino para quien es superior.


En tercer y último lugar la idea del Código Da Vinci no se sustenta ya que es radicalmente falso que los “manuscritos del mar muerto” hablen de Jesús y María Magdalena ya que son muy anteriores a la época en la que históricamente vivieron los mismos. Esos manuscritos hablan de los Esenios, pero ni cita el Grial ni hablan de Jesús.


Puestos a buscar relaciones hay estudiosos de base cultural mucho mas firme que el autor del “código da Vinci” que hablan de una relación entre San Juan y María Magdalena, hasta llegar a decir que fue ella quien inició el cuarto evangelio, el de San Juan. Pero claro esta relación tiene menos morbo.


En resumen ya para finalizar, la imagen de María Magdalena debería cambiarse por la de un apóstol femenino capaz de estar junto al Maestro en la Pasión y a quien se le manifestó resucitado antes que a nadie Hay que decir que el propio Jesucristo llegó a llamar a Magdalena, “espíritu puro” ello nos da una imagen de su importancia en todo el movimiento inicial del cristianismo. Así mismo fue la autora intelectual del Evangelio que lleva su nombre y del que se habla en el Evangelio de Maria Magdalena.




Que la Fuerza le acompañe,

Juan Pedro

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